martes, 26 de agosto de 2014

Siento en la distancia tu frialdad
ya no me estás contestando.
Temo que se caiga el vaso y hecho añicos
despedace ésta mi pasión por ti.
No me dejes, ¡oh no me dejes
sin tu piel sobre mi piel bajo mi piel!
Sin tu agradable compañía de los lunes
ni tus interminables fascinantes charlas que no comprendo
pero amo.
Correré a buscarte para pedirte que
persistamos en esta desnuda maravilla nuestra,
y rasgaré tus velos con mis uñas
y besaré tus mejillas y tu vida
y te rogaré de rodillas si es necesario
para que vuelvas a tus cabales
porque no hay fuego que arda como esta
irrefrenable sed que nos une y nos inventa.